El papel de Almería en el Imperio Romano, Portus Magnus
Almería cayó en las manos de Roma durante la campaña de Escipión el Africano contra los cartagineses. Los romanos la llamaron Portus Magnus, quedando la ciudad enclavada en la Hispania Ulterior.
Se convirtió en uno de los puertos más importantes del Sur de Hispania. Roma trajo la organización territorial, las vías de comunicación y los impuestos, y explotó sistemáticamente los recursos mineros del territorio, entre ellos el mármol de Macael. Se fortaleció el comercio, especialmente el del garum, sabrosa salsa de pescado y especias muy apreciada en la época y cuya fórmula exacta se desconoce aún hoy.
Se conservan salinas y factorías de salazón de esta época. Otros restos de gran importancia son el Dionisio de Chirivel, el sarcófago de Berja, el Daymún (templo funerario de época tardorromana) de El Ejido y el puente y restos de vía romana de Bayanna, a las afueras de la capital.
Almería fue ocupada más tarde por vándalos y visigodos. Tras un breve periodo de ocupación bizantina (el sureste español fue el único territorio peninsular en su poder durante varios años), Suintila integra definitivamente a Almería en el reino visigodo el año 621 y expulsa a las fuerzas de Bizancio. En esos años, mantuvieron su importancia las antiguas poblaciones de Abdera, Urci y Baria.
Actualmente se conservan increíblemente bien dos puentes romanos en la provincia de Almería que con el paso de los siglos se han mantenido en pie, simbolizando como el legado del imperio Romano sigue influyendo hasta nuestros días, estos son: el puente de Alpujarra de la sierra y el de la Alhama de Almería.



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